Dani Salgado, el olfateador más voraz que deambula por la
LNFS, protagoniza un inicio fulgurante que ha permitido a Marfil Santa Coloma,
el club de su ciudad natal, encaramarse al cuarteto principal de la competición
y codearse con los intocables.
Al espectador le gusta la celeridad. La velocidad en la
acción. El quiebro repentino que sorprende a cerebro y ojos. El mismo que,
generalmente, va acompañado por una onomatopeya bocal que despierta asombro. Ya
saben, aquél oh que tanto se busca
sobre el parqué. También gustan los goles, obviamente, como una parte intrínseca del espectáculo. A
nadie le atrae un 0-0 ni los marcadores cortos. Un 1-1 tampoco goza de
calificativos positivos, como si fuera el jersey que se traspasa de hermano
mayor a hermano menor. Dani Salgado
es de los pocos que lucha con goles. Déjenle
paso.
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*Foto tomada de Vavel.
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