Cuando uno se acerca al Atlético de Madrid inevitablemente ve la cara de Simeone: su gesticulación, sus gritos, su vena hinchada y su aureola de chamán que lo acompaña allá donde va. A mí siempre me ha parecido un maestro de la oratoria populista, la falsa humildad y el discurso políticamente correcto para promover una imagen del buenismo ilustrado. Y da rabia. Nadie puede mantener esa constante línea, salvo Simeone. Aunque hay una faceta que no se conoce: el rostro de Diego Pablo. Ahí radica el éxito del documental de Amazon Prime Vivir partido a partido.
Desconocía que Simeone había ganado tanto como jugador, pero también desconocía que había sido tan importante en hechos tan concretos de dichos títulos. Desconocía que había lucido el 10 de Maradona durante la ausencia por doping de este y que (casi) había actuado como tal, viendo algunas jugadas de la que es protagonista. Desconocía que su carácter ganador había sido tan determinante como para que sus equipos hayan ganado por él, o al menos, influir con tanto peso que nadie podría cuestionar su porcentaje de responsabilidad. Simeone no habría ganado de no ser Simeone.
Es un enfermo del fútbol. Su vida es el fútbol hasta que se conoce a Diego Pablo. Cuando entran las relaciones personales es el momento ideal para ver el interior de una persona, la que no se pone frente al micrófono de la rueda de prensa. Viendo a los hijos de Diego Pablo se puede conocer que es igual de exigente como padre y marido que como entrenador. Y que cuando más vulnerable se siente es al hablar de su papá. Llora, se emociona y se comprueba que ese hombre está construido a base de sentimientos reales.
Por eso me ha gustado tanto el documental, pues ha sido capaz de cambiar la percepción que tengo de un hombre que vive, literalmente, por el balompié, casi sin importar el camino, aunque aprenda de él. Quiere llegar al final y de lo que no cabe duda es que es un excelente motivador, como así lo demuestran los testimonios de familiares, entrenadores y jugadores que se pasan por el metraje para verter su admiración por el argentino. Incluso de aquellos que se han cruzado en su camino sin suerte, como Beckham, quien admite que ha mejorado mentalmente gracias a su encontronazo. Julen Guerrero, sin embargo, no tiene tan buena opinión.
Como tantos otros documentales, intentan acercar a los personajes más populares desde otra perspectiva, "blanqueando" su imagen. En esta época de apariencias, es tan importante cuidar la proyección laboral como personal. Y a nosotros, que somos seres terrenales, nos entretiene. Como ahora, que estoy viendo el de Georgina. No sé adónde va mi vida, pero seguiré sintiéndola partido a partido.
Mi Twitter: @Ninozurich
*Fotografía tomada de Mundo Deportivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario