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domingo, 27 de octubre de 2024

En fuera de juego

Me perdí la segunda parte del partido que disputaron este sábado por la noche el Real Madrid y el FC Barcelona. Creo que lo llaman "El Clásico". El grupo de Telegram que iba transmitiéndome lo que sucedía en el Santiago Bernabéu petó y no volvió jamás. Casi que mejor, viendo el resultado final cuando actualicé la página del MARCA, con un Lewandowski que parece haber encontrado el espejo de Dorian Grey.

Me dio tiempo a ver unos cuantos fueras de juego de Mbappé en el primer acto, eso sí, incluso un gol que celebré con total impunidad, como si un golpe de amnesia me hubiera trasladado a los tiempos en los que VAR se escribía con "b" de burro, que es la cara que se me quedó segundos después. Siempre he dicho que el Real Madrid es capaz de ganar a cualquiera que no juegue el estilo del Barça, que a veces pueden vestir camiseta blaugrana o con el escudo del Manchester City. Hubo otro tiempo que hablaban alemán con acento muniqués. Aquello lo creía enterrado hasta que Flick llegó al banquillo culé y de forma mágica recordaron para qué servía la pelota.

A muchos aficionados, de un bando y de otro, se le han clavado tales recuerdos de épocas gloriosas o fantasmagóricas, según las dioptrías que uno cuente. Sin embargo, no creo que a todos influya por igual. En otros tiempos estoy seguro de que la semana posterior a una derrota del Madrí me jodería la mayoría de la misma, como si fuera culpa de uno mismo, como si la felicidad dependiera del fútbol, como si descuidara que el deporte es algo adicional en la vida, por mucho que nos apasiones, no nos puede dejar en fuera de juego.

Mañana seré yo —y no Mbappé— el que coja llamadas. Mañana seré yo —y no Vinicius— el que tendrá que vender préstamos, seguros, tarjetas de crédito, lo que sea. Mañana seré yo —y no Bellingham— el que madrugará para ir a la oficina. Mañana seré yo —y no Rodrygo— el que notará el frío mañanero en la cara después del cambio de hora. Mañana seré yo —y no Valverde— el que seguirá pensando que debo cobrar más por lo que hace. Mañana seré yo el que siga pensando cómo alegrarme el día.

Mi Twitter: @Ninozurich
*Fotografía tomada de El Mundo.

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