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lunes, 13 de julio de 2020

A la última será la vencida

Nunca sé el número de intentos necesarios para lograr el propósito, pero sí que la última será la mejor. Y en esas estamos, sin pensar más allá de lo que pase este fin de semana porque no hay más oportunidades. Es ahora o se acabó. Es por eso que uno debe centrarse en vivir para siempre en lo que ha querido o sumirse en lo que ha rechazado. Yo lo tengo tan claro que sólo veo un camino iluminado y no es otro que irse a Zarauz y volver más espléndido que en la ida.


Es uno de los pensamientos que me hacen avanzar. La vida no vale la pena sin que uno se imagine siendo feliz —más allá de Instagram— y consolide esa sensación a lo largo de los años para mantenerla duradera casi siempre. Quiero amar(te) hasta que se acaben las carreteras por las que circular y no haya pueblo-bonito-de-la-costa que no hayamos visitado. Es tan sencillo como esto: compartir el máximo tiempo posible.

Yo ni siquiera doy el pego para anunciar ninguna cerveza en época de verano, pero sí que me lo puedo pasar bien con independencia de lo que halle en mi mano. Así, de pareado espontáneo, uno ya empieza el viaje de buena gana. Las cosas buenas están por llegar. Incluso puedes cantar durante el camino. Ya ves, hay sol. A veces tengo la sensación de que madrugar de vacaciones no duele, incluso uno se levanta antes de lo previsto. Viene algo emocionante, está por llegar.

Y estas líneas no sirven más que para poner de manifiesto que el futuro es incierto, pero que si lo tratamos con delicadeza podrá y será maravilloso. Uno debe tener la conciencia bien anclada en la cabeza para no soltar incoherencias y, una vez en ese punto, mantener la compostura se esté donde se esté. Y tomarse una copa, claro está.

Mi Twitter: @Ninozurich
*Fotografía tomada de Groupo CDN.

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