Es conocido en la familia Casas que el mes de noviembre tiene un tono distinto y huele a velas. El sonido de la tarta de juguete con más años que yo mismo es un clásico que no se puede sustituir, estemos en Mancha Real, Mánchester o Madrid. La tarta de juguete siempre va a llegar. Siempre va a sonar. Y eso es algo tan mágico que no lo entiendo como otra forma que no sea la familia. Que muchos miembros del mismo núcleo cumplamos años el mismo mes no deja de ser un hecho anecdótico, por eso cobran más importancia los detalles que no están tan a la vista y que precisa de una motivación extra: el esfuerzo.
Tampoco son necesarias muchas palabras para describir esta sensación. Tampoco es mi intención hacerla sentir, pues el objetivo más importante de este blog es el desahogo propio y, de vez en cuando, que el resto de las personas se sientan queridas y valoradas. Así deseo que se haga con mi familia y, si bien uno a veces no es capaz de expresarlo de forma oral, mejor dejarlo plasmado, por si en algún momento de mi vida me olvido cómo se pronuncian los Te quieros.
Mi Twitter: @Ninozurich
*Fotografía tomada de Amazon.
*Fotografía tomada de Amazon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario