En la última entrada del año vamos a tirar de topicazos y despedirnos de los anteriores 365 días. Lo hace todo el mundo y minutos antes de marcharme a Navarra, donde le daré el punterazo en el culo, la tercera consecutiva en los últimos tres ejercicios, es buen momento para sumarnos a lo mainstream, sobre todo porque no tengo tiempo de pensar en otra cosa antes de dejar las maletas en el coche y limpiar los platos acumulados que tengo en el fregadero. Quizá esta vez le daremos la patada más fuerte que en la anterior ocasión, puesto que en 2020 creíamos que la pandemia iba a desaparecer y, un tiempo después, hemos comprobado que la broma de mal gusto se ha extendido excesivamente. ¿Volverá el 2022 a hacernos la misma jugarreta?
Espero que no, pues lo único que deseo que se repita en los siguientes meses es que a nadie de mi familia le ataque el dichoso virus, por mucho que las vacunas nos hayan preparado para estar alerta frente a cualquier vicisitud del destino. No creo que mi carta de Reyes Magos sea muy distinta a cualquiera que puedan escribir ustedes, pero es sincera. El virus se puede quedar, llámese Delta o ornitrón [sic.], pero cada vez va a ser más pequeñito y nosotros, más fuertes. No tengo dudas.
También, si no es mucho pedir, quiero que me funcione el certificado covid siempre y no estar con el corazón temblando para comprobar si la maquinita del establecimiento tiene la aplicación que me lo lee bien o que me lo lee mal. Es un poco estresante saber si voy a poder estar caliente o no dentro del lugar, más cuando en Tudela suele hacer más frío que calor durante los meses de invierno. También porque mi intención es viajar a Países Bajos en febrero y estaría bien comprobar qué tal funciona la calefacción neerlandesa mientras España gana su octava Eurocopa.
No me pondré más bravucón de la cuenta por el simple hecho de no enfadar al año entrante, vaya a ser que no se haya quedado a gusto con su pretérito curso, en el que hemos vivido tanto el infierno (volcán de La Palma) como la Antártida (soplo de Filomena). A ser posible, que estemos un poquico más tranquilos en lo que está por venir. Sin más, despido a un 2021 que no vamos a olvidar, para lo bueno o para lo malo.
Hasta lué.
Mi Twitter: @Ninozurich
*Fotografía propiedad de Ivoox.
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