El orden natural

Se puede decir que todo vuelve a su cauce: Brasil ha ganado su sexta Copa del Mundo después de 12 años sin éxito en la búsqueda. En esas dos ediciones se han colado Argentina y Portugal, dándole un lavado de cara al fútbol sala, pero la broma había durado demasiado tiempo para la verdeamarelha y en Uzbekistán, donde pocos saben señalarlo con el dedo en un mapa, es el escudo brasileño el que ha sobrevivido. Justamente, a pesar de que el último partido haya sido el más anodino. No ha sido la versión ni más talentosa ni más plástica de todas sus antecesoras. Acostumbrados a nombres rimbombantes e individualidades incuestionables, nos ha sorprendido ver la coralidad construida por Marquinhos Xavier. Argentina fue mejor, a decir verdad, por eso tiene más merito la adaptación de la canarinha a la solidez defensiva. No sabemos si propiciado por el rápido marcador a favor, para guardar la renta, o porque fue la albiceleste la que la arrinconó. El resultado ha sido el de casi siempre: ganar. ADN brasileño, de una forma u otra. El orden natural, que se puede decir.

Mi Twitter: @Ninozurich

*Fotografía propiedad de la FIFA.