Las series se han convertido en las nuevas películas. Recuerdo los tiempos en los que iba al cine y tras quedar extasiado por el largometraje me preguntaba cuántos años tardarían en llevar a la misma sala la segunda parte. Con suerte, pues había algunas producciones que se quedaban en una y ya. La ilusión por conocer más allá de lo que ocurría en la historia de esos personajes me creaba la necesidad de saber más cuanto antes mejor, esa sed de curiosidad que caracteriza al ser humano en casi todo lo que hace. Sigue estando bien viva.
Lo que ocurre es que ahora preferimos verla en el salón de nuestra casa y en la televisión. Ir al cine se ha convertido en un acto esporádico —al menos en mi caso— como plan alternativo. Mi principal razón no es la de saciar mi incertidumbre, sino la de salir de casa. Ahora, si queremos disfrutar de un buen producto, nos quedamos en ella. Así me ha hecho sentir "El Pingüino". No recordaba que precisamente fue en un cine donde vi su "precuela", si es que podemos llamarla así, justo el punto de partida donde se desarrolla el comienzo de la serie.
Hemos llegado al punto de que las vías de unos y otros metrajes, cortos o largos, se cruzan y se trasladan de una pantalla a otra con tal naturalidad que nadie nota la diferencia. Jamás hubiese pensado, una vez sentado en esa butaca, que un par de años más tarde continuaría los hechos en mi piso. Sin esperarlo, además, pues elegí comenzar "El Pingüino" por puro azar y márquetin de Max. Y bien hecho que está, porque el mimo y la espectacularidad con la que está realizada la serie bien merece disfrutarse en una gran pantalla, aunque para ello habría que realizar cuatro películas...y no tenemos tanto tiempo, afortunadamente.
Este es el ejemplo perfecto de que las series juegan en otra Liga, la ganadora en los tiempos actuales. Uno puede decidir si quedarse corto o largo, aunque lo más difícil es crear un producto en su justa medida. De momento, con una sola temporada, la reacreación del universo Gotham es excelsa, ¿lo seguirá siendo en una segunta o tercera? Es uno de los temas de debate de esta y cualquier otra serie. Unos optan por atiborrarse a capítulos, con independencia de la calidad, y otros por cerrar las tramas con buen sabor de boca a pesar de que dicha boca pida más.
Muchas de las conversaciones que hoy en día tenemos en torno a las series no es si es buena o mala, sino cuántos capítulos o temporadas tiene para ver si nuestro tiempo las merece. Y si es así, ponderamos con más peso el final de su transcurso que el camino en sí. Con "El Pingüino" he disfrutado cada uno de los planos y de los medios pasos de uno de los personajes más icónicos del mundo superhéroe. Una constatación de que en las series se hace el mejor cine.
Mi Twitter: @Ninozurich
*Fotografía tomada de Esquire.
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