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domingo, 16 de febrero de 2020

Tu olor

Uno nunca sabe lo que su cuerpo le puede pedir hasta que llega el momento en el que te lo demanda. De nada sirve imaginar expectativas, encuentros o abrazos sin prever que él forma parte de esa ecuación y que, en ocasiones, actúa por su cuenta, sin guión alguno. Acabas dándote cuenta de que de nada sirve pensar si es el corazón cuando se acelera el que dicta tu destino.


Porque yo quería olerla, pero no sabía que tanto hasta que la vi enfrente y con mi nariz en su pelo. Volvió la sensación de confort y de familiaridad. No sólo identificamos imágenes u objetos con ciertas personas, sino también olores, por lo que no es extraño sentir tranquilidad. Sucede, creedme.

Sé que lo sabéis. Seguro que en algún momento de vuestra vida habéis olido y os habéis trasladado a la antigua casa de vuestros abuelos, a aquel campamento en vuestra infancia o la colonia de alguien cercano a vosotros. Sucede, os lo dije, y es una maravillosa situarse en otro contexto en el que sólo existen buenas vibraciones. No existe negatividad. Otra época.

La realidad, como siempre, supera a la ficción. No quise imaginar el momento de abrazarla para que fuera un instante puro, nuevo, desconocido. Una sorpresa, una excusa para seguir teniendo ganas de ti.

Mi Twitter: @Ninozurich
*Fotografía tomada de Amazon.

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