Desde hace un año estoy esperando que pase un año. La Copa de España de Valencia en 2019 hizo un click en mi cabeza, cambió la manera de vivir una competición de fútbol sala drásticamente. Nos juntamos unos cuantos jóvenes (algunos éramos los veteranos) para marcar experiencias a fuego en nuestras mentes. No sólo fotografías, sino vivencias conjuntas en las que la edad no era un obstáculo. Esto es difícil verlo en los tiempos actuales, donde tiene más valor contarlo que vivirlo. Eso no nos pasa.
Hoy por fin he reservado la mesa para llevarlos a comer rosada con alioli a Torremolinos. Algunos, pobres, provenientes de tierras más al norte como Mallorca, Madrid, Navarra o Italia, no conocen este manjar del pescaíto frito. Tengo la certeza de que ninguno acabará con mal sabor de boca, aunque nunca se sabe con todos aquellos que están por encima de Despeñaperros. Uno siente bien cerca la presión de ser el anfitrión, pues hay que demostrar que cuatro años de universidad en Málaga me dejaron algo más que un diploma.
Lo cierto es que creo que lo más importante para nosotros el próximo fin de semana no es el fútbol sala en sí, que también, sino todo lo que viene antes y después: la confraternidad con los que llevas preparando un viaje desde hace un año. Durante ese tiempo hemos confabulado con ideas varias. Hay cosas que son innegociables, como la tradicional pachanga en la que no esperamos tener bajas, al contrario que en ediciones anteriores. Ya pongo yo el despertador (o la vuvuzela). También debemos estar al tanto de lo que nuestro ídolo Bebe haga, pues nada cobraría sentido sin sus apariciones estelares. Por supuesto, las tradicionales charlas postjornada son otra costumbre que merece potenciarse con cachimbas en cuanto sea posible. El plan está trazándose.
Quiero dejar un hueco bien grande en este párrafo para la imaginación, porque en las noches de madrugada malagueñas todo puede pasar, incluso lo de dejarse emborrachar por una apuesta (gracias, Dani). Las expectativas están tan altas que ya se nota la lentitud de las agujas del reloj.
Que llegue ya, coño.
Mi Twitter: @Ninozurich
*Fotografía de cosecha propia.
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