Prometí volver y he vuelto. El segundo de los libros que acoge Rayuela, de Julio Cortázar, me ha dejado una sensación agridulce porque no creo que el autor haya sido honesto con el lector. No es un libro distinto, sino un complemento al primero desde una parcela emocional, moral, argumentaria y, a veces, innecesaria. ¿Comprendes mejor el libro en su totalidad cuando lo lees de la segunda forma? Por supuesto, porque a su vez estás refrescando la primera lectura, sabes lo que ocurrirá y conectas cabos que ni siquiera percibías anteriormente. Eso no tiene (tanto) mérito en la escritura.
La originalidad lo convierte en un gran libro, pero a mi gusto no se ha acercado a la excelencia que creía. Lo que sí me ha quedado claro es la complejidad del interior de Horacio Oliveira, el viaje todavía más profundo que experimenta hasta incluso rozar la demencia y la repelencia que suscita su irrefrenable deseo de juzgar a sus conocidos desde un pedestal moral superior. Su propia incontinencia verbal le ahoga de tal manera que rompe su estabilidad mental, su hombría, su orgullo. Pierde a la Maga, pierde al amor y se cerciora de la mezquindad de su alma. No volvemos a saber de Lucía y eso aumenta tanto la angustia del lector como del propio protagonista, abocado a conformarse voluntariamente con las migajas. Ni es honesto consigo mismo ni con sus compañeros de vida. No aprecia al prójimo.
Y tiene suerte de no recibir el mismo trato de ellos.
La segunda lectura pone de manifiesto lo que intuíamos en la primera: Oliveira es un cretino que se refugia en sus conocimientos para solapar la pésima gestión de sus decisiones. Esa sensación lúgubre y orgullosa condiciona a los grupos con los que convive, desde París hasta Buenos Aires, y no se da cuenta del sufrimiento de emana hasta que se le cruza por la cabeza la idea de saltar por una ventana. El repentino fundido a negro.
Muchos capítulos son atrezo, paja que es difícil ubicar y pequeños trazos que en nada agilizan la lectura más que para potenciar la idea de saltos asimétricos. O también puede ser que, en esa marabunta filosófica, yo no haya entendido nada. Que es lo más probable hasta llegar al Cielo.
Mi Twitter: @Ninozurich
*Fotografía tomada de Cultura Colectiva.
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